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🌀 Puentes, Portales y Pasajes: símbolos de transición en nuestros relatos

  • Foto del escritor: geraldinefowler
    geraldinefowler
  • 13 jul
  • 3 Min. de lectura

Cruzar el umbral es comenzar a transformarse.


Cada paso hacia lo desconocido es una parte de mí que se revela.
Cada paso hacia lo desconocido es una parte de mí que se revela.

Desde el inicio de esta exploración, has cruzado etapas invisibles pero poderosas: una llave para entrar, un ave para seguir tu instinto, una sombra para enfrentar tu interior, un laberinto para aprender a avanzar sin línea recta. Hoy te encuentras frente a los umbrales: esos instantes suspendidos, frágiles, misteriosos. Aquellos que exigen valentía para abandonar un estado conocido… y atreverse a entrar en lo desconocido.

Estos umbrales tienen mil rostros: una puerta entreabierta, un puente inestable, un pasaje entre dos mundos. Pero todos hablan de lo mismo: la transformación interior.

🚪 Portales: cruzar de lo visible a lo invisible

Una puerta es un símbolo ambivalente: protege tanto como invita. Marca una transición entre dos espacios, entre dos estados de conciencia. En los cuentos, la que se abre conduce a menudo a un mundo paralelo (Alicia, Las Crónicas de Narnia, Coraline). Pero hace falta valentía para cruzarla: requiere una decisión.

Abrir una puerta es también aceptar dejar atrás una versión de ti mism@, atravesar una prueba, vivir una iniciación. Es la psique que evoluciona, que se transforma.Y a veces, no eres tú quien la abre: es la vida quien te pone frente a una puerta, sin que la hayas elegido.

🌉 Puentes: unir los mundos

El puente es el vínculo entre dos realidades. No es un espacio por sí mismo, sino un pasaje temporal — a menudo frágil, a veces arriesgado. En la tradición celta, se habla de pasarelas entre los mundos visibles e invisibles, entre la tierra y el espíritu. En los sueños, los puentes simbolizan intentos de unir dos partes del ser.

Pero cuidado: cruzar un puente también es aceptar el desequilibrio. Hay que abandonar la orilla conocida, aceptar el vértigo, incluso hacer duelo del “antes”. Y sobre todo, no quedarse inmóvil en medio. Porque el puente solo se sostiene si avanzas.

🌫️ Pasajes: los rituales de la metamorfosis

El pasaje suele ser difuso, invisible. No siempre se sabe cuándo empieza, ni cuándo termina. Es el momento de quiebre: un cambio de mirada, una crisis, una revelación. En psicología, hablamos de transiciones del desarrollo: adolescencia, maternidad, ruptura, duelo, reinvención… Todos ellos pasajes iniciáticos.

En los relatos de iniciación (El Principito, Moana, Harry Potter), el héroe o la heroína cruza portales, fronteras, zonas liminales. Son metáforas del proceso de transformación interior: se abandona una forma, se entra en otra.

🔑 Símbolos del umbral: elección, renuncia y renacimiento

Lo que une todos estos arquetipos del umbral — puertas, puentes, pasajes — es que exigen un acto interno: elegir, atravesar, transformarse. Marcan una evolución en el relato de uno mismo. Y a menudo, no hay vuelta atrás. Una vez cruzado el umbral, algo en ti ha cambiado.

Pueden ser suaves o violentos, elegidos o impuestos, pero todos tienen en común que te conducen hacia una nueva versión de ti. Y como en los cuentos, el pasaje rara vez es solitario: suele aparecer un guía, un compañero, un objeto mágico. Un hilo de Ariadna. Una estrella interior.

💭 ¿Y tú, qué umbrales has cruzado recientemente?

– ¿Qué “puerta” te transformó sin que lo notaras?– ¿Hay algún puente que hoy dudas si cruzar?– ¿Qué pasaje de tu vida te inició en una nueva comprensión de ti mism@?– ¿Cuál es tu ritual interior cuando sientes que el cambio está en marcha?– ¿Y si tú mism@ fueras una “guía de umbral” para alguien más?


 
 
 

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